Odio
los protocolos, sí sé que suena absurdo, nosotros los abogados estamos llenos
de formalidades, pero si no se lo dicen a nadie, aquí entre nos, los odio, como
odio las ausencias, las mentiras, que no me contesten los mensajes, los días
con mucho tráfico vehicular y que se acaben las cosas buenas. Pero pese a mi
odio a los protocolos, me gusta hacerle honor al antes y el después, al inicio
y al final.
Cada
fin de año o aniversario es algo que celebro. Me gusta hacer el recuento,
sonreír, volver a soñar y sí, a veces llorar: no soy alguien que se coma los
sentimientos. Así que en vísperas de terminar el 2015 me siento sumamente
feliz, es el primer año que no terminó devastada, llorando en números rojos:
aprendí la lección.
Les
cuento. Me voy a centrar en febrero de este año: el peor mes de mi historia. Un día de febrero estaba en un Foro de Mujeres emprendedoras dando testimonio del éxito que te da
la web cuando una cámara y micrófono me asalto a cuadro y preguntó: ¿Qué es lo
más difícil que te ha sucedido desde que empezaste?
Dentro
de mí, quise llorar, salir corriendo y decirles a todos que era un gran fraude.
Lo más difícil había sido llegar ese día. No traía ni 5 pesos en mi bolsa, en
el refrigerador no había leche para darle de desayunar a mi hija, toda la noche
anterior había llorado pensado cómo conseguir dinero y hasta había hecho
llamadas para pedir trabajo. Sí, ese día de febrero, antes del Cuarto de Aniversario estuve a punto de cerrar Amigos.
Una
buena amiga, como muchas que afortunadamente tengo me había llevado en su auto,
comprado el desayuno y estado a mi lado: Liz. Alguien que no me juzgó ni
menospreció nunca, porque el éxito en este mundo aunque no lo crean se mide de
muchas formas y ninguna tiene que ver con defender los derechos humanos.
Ella
me dio todas las monedas que traía en la bolsa y me abrazó. Ese día estuve
plenamente convencida de dejar de soñar y “ponerme a trabajar”. Muchos (todos)
dijeron que no pasaba nada si me rendía, que había hecho suficiente: ¡Nadie te
juzgara por dejarlo!
Mandé
curriculum.
Curioso
era demasiada buena para el puesto, sé demasiado, dijo amablemente alguien
cuando postulé a una vacante. En eso Google confirmó el taller de Aniversario.
Convencida, pensé. Si se ha de cerrar un ciclo este me gusta de final. Lloré
(sí, soy muy dramática)
No
conseguí trabajo.
Empecé
a vender productos Natura. Sí, soy una mujer con maestría en Derecho, CEO dice
mi perfil de Linkedln, pero me puse con una caja en una esquina a vender cremas
y perfumes: estaba completamente desesperada. A mi hija la iban a dar de baja
de la escuela. Alguien me hizo ver que quizás debiera buscar opciones acorde a “mis
posibilidades” ¡Vete a la pública!
Mi
hija ha estudiado en el mismo Colegio desde los 8 meses de nacida, significaba cambiarle
su vida, alejarla de sus amigas. Dijimos no, vamos a luchar. Gracias al apoyo
de dos grandes personas, una amiga: Blanca y otra alejada por un malentendido,
salí del bache y en mi primera vez vendí casi $10,000 pesos en cremas y
perfumes. Sí, descubrí que tengo mucha gente que me
ama.
Desde febrero al día de hoy ha sido un paso a la vez. A veces pasos lentos, a veces
trotes y hubo días que bien pude terminar sentada en el suelo. Quizás por eso salgo tan cansada en todas las fotos del año. Entendí que no
había sido educada para generar dinero y que defender causas sociales no está
peleado con cobrar por mis servicios. El consumismo no es malo.
Este
año termino con dinero en mi cuenta, y lo mejor es dinero que yo me gané.
Cuando compro, me gusta comprarles a mujeres como yo, las reconozco en todos
lados, me reconozco en muchas caras. Mujeres increíblemente capaces pero llenas
de miedo, de dudas entre la maternidad y sus sueños propios. Mujeres que
venden, hacen pasteles o cosas con sus manos, esas mujeres (yo) merecen(mos)
ganar por nuestro trabajo.
Por
ello, el primer evento para celebrar el 5º Aniversario de Amigos será un Foro
de Empoderamiento económico y derechos de niños y niñas. Ya tengo cabildeada la
sede y algunos ponentes, sólo es cosa de que empiece enero y me confirmen fecha
para comenzar a girar invitaciones.
Pude
habérmelo reservado para mí, pero estoy segura que no soy la única mujer que ha
vivido o vive algo similar, si tú eres una de ellas, te digo que lo veas como
una lección que habrá de terminar. Si
alguna quiere vender productos Natura, yo te puedo ayudar, ya soy una líder y
de las mejores en ventas, aprendí a vender y a traer una calculadora en la bolsa, sólo deja un comentario o mándame un correo.
Gracias por la lección, gracias a mis amigas por el apoyo, por escuchar, por estar del otro lado del teléfono para escucharme, por no juzgarme y aceptarme. Gracias a Google por el apoyo de todas sus formas incluido el económico, por el cual, deje de ser un blogger para convertirme en la Presidenta de Amigos la revista, A.C.
Este año me hizo más fuerte.
¡Los
quiero mucho! ¡Feliz
año nuevo!
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