Juntas

Aquella mañana me sonreía con la placidez que baña el verano, esa luz zángana envolvió, arrinconó y caminó verduga hasta dibujar en mi rostro una sonrisa, así, la marea brevemente agitada tocó los dedos de mis pies hasta envolverme con su quietud y llenar mis ojos de asombro.

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