Anoche tuve una sobredosis de mí y lloré. Años
estudiando semántica. Hablando de la imposibilidad de describir el significado
por las inhabilidades lingüísticas del intérprete. De que toda señal de un
signo tiene significado por qué se encuentra dentro de algo, y a partir del
consenso nombramos. Sabia de las palabras vacías, de la ambiguedad por no ser
siempre los contornos claros pero... mientras la noche crecía, comprendí que
hay "sentimientos" vacíos inmersos en las acciones, en estado
neutral. Por que han sido guardados en una botella con formol dentro de una
vitrina aunque se sea una tierra fértil de caricias.
Es un hecho incomprensible (para mí) y amorfo.
Sobre todo si se dice de un cuerpo que palpita. Supongo que confirma mi
hipótesis de la imposibilidad de conceptuar, mi ociosidad y que hay quien se
apaga siendo una tenue línea, un eco retardado rabioso y explosivo que ha sido
castrado y domesticado.
Los quiero
Besos
¡Y yo que hubiera sido capaz de defenderlo con los puños cerrados! Pero al no significarle nada, abandoné la ingenuidad. Mas como un indigente depresivo deambulé por las calles, borracha de explosiones de odio y anhelos de que me amara…
Comentarios